27 diciembre 2006

Día segundo

LA TENTACIÓN SIGUE ARRIBA

Esta mañana no he tomado café. No es que quiera quitarme también ese vicio. No se puede con todo a la vez, pero…no sé…no he tomado café. Un zumo de naranja y me he vuelto a meter en la cama. He pasado un poco de fiebre, dolor de huesos, de cabeza y si me pongo dramática, también un poquito de dolor de alma. ¿Y todos estos dolores son provocados por la ausencia de nicotina? No. Tengo el cuerpo dolorido porque he dejado de trabajar de golpe así que mi cuerpo ha dicho: ¿y ahora que estás de vacaciones y parece que tienes más tiempo, porqué no te pillas esa gripe que dejaste a medias la semana pasada? También me duele el cuerpo por las cuatro vacunas que me pusieron el jueves. Le pregunté a la doctora si no era un poco peligroso meter los virus del tifus, el tétano, la hepatitis y la fiebre amarilla todos de golpe. Ella dijo que no. Pero yo no lo veo claro. A mi aún me duele el brazo izquierdo, aunque… ahora que lo pienso, eso es debido más que al virus a la mala leche de la doctora que me atendió.

Por la tarde he ido al cine. Supongo que está bien entretenerse en lugares donde no se puede fumar. La putada es que la película iba de un tipo que se encierra en una habitación de hotel durante ocho años y se fuma un cigarrillo cada veinte segundos. La verdad es que he de reconocer que no lo he pasado tan mal por verlo fumar. Lo peor ha sido cuando he salido del cine y he ido a tomarme un té (insisto en que no quiero dejar el café, casualidad) Intentaba concentrarme en el libro que ahora estoy leyendo pero no podía sacarme de la cabeza el impulso de girarme a la mesa de al lado y pedir un cigarrillo. He salido del bar y he pensado en comprar una cajetilla y saborear un cigarro, sólo uno. Y no sé porqué…no lo he hecho. Por el camino, de vuelta a casa, me he dado cuenta de que ahora es como si estuviera aprendiendo a volver a respirar.

25 diciembre 2006

Día primero

LA PROMESA

Supongo que empiezas por prometérselo a un amigo, luego a tu madre y finalmente, cuando te das cuenta de que no eres capaz de cumplir tus palabras, decides prometérselo a tu pez. “Pez! Pez! Te juro que hoy dejo de fumar” Tu pez, que suele hacerse el sordo, al mismo tiempo que el loco y va de que no se entera de nada, da media vuelta y se aleja haciendo como que dice Blubp! Blubp”

Ahora mismo bajaría a comprar un paquete de tabaco y me lo fumaría enterito. Uno de los inconvenientes de haber prometido a mi pez que hoy dejaba de fumar es que es Navidad. Mira que bonito!!!! De esta manera, de aquí a treinta años podré decir: “Ummmm…dejé de fumar un maravilloso día de Navidad del año 2006” Y una mierda. Primero: todavía no puedo considerar que haya dejado de fumar (sólo llevo un día). Segundo: si pudiera bajaría a por tabaco pero…ES NAVIDAD!!!!!!! Y el bar de la esquina está cerrado y el de la otra esquina también y en la gasolinera, con lo de la ley antitabaco, sólo te permiten comprar cosas que engordan.

La única opción que me queda es abrir un blog nuevo y empezar a desvincular la escritura del fumeteo.

Hoy tengo suerte. Estoy cansada y pronto caeré dormida. Mañana tengo una dura prueba: el café de la mañana con el cigarrito. Como decía un novio leridano que tenía: café i “cigarru”…

Bona nit.